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El binarismo hegemónico. Análisis del retrato como (re)presentación identitaria

Miriam González Álvarez y Noemí Peña Sánchez 

Políticas del cuerpo e identidades: artes, educación y acción social

El teórico Joan Fontcuberta explica que antes la identidad estaba sujeta a la palabra, era esta quien daba nombre y forma al individuo, pero con la aparición de la fotografía, la identidad se desplazó hacia el territorio de la imagen. En la contemporaneidad, el “yo” deviene imagen. Conscientes de este desplazamiento, colocamos el retrato como herramienta pedagógica y estética para analizar la relación directa entre el significante y el cuerpo significado. A este respecto, el presente trabajo estudia el uso del retrato como estrategia de (re)presentación identitaria y analiza, desde la perspectiva de los estudios de género, la presencia del binarismo hegemónico en la discursividad de la imagen significada.

 

Desde este paradigma epistemológico, se cuestionan los roles, conductas y comportamientos que son atribuidos a los distintos sexos en relación a su construcción de género y que se pueden observar en el imaginario simbólico y referencial que afecta a nuestra manera de (re)presentarnos. Situándonos en las teorías de Judith Butler, en la investigación entendemos el género como acto performativo regulado desde el discurso heteronormativo y los cánones patriarcales. Por su parte, tomamos como punto de partida el enfoque interseccional –cómo influye no sólo el género, sino también la clase y la raza en la opresión sexista– de bell hooks. Por lo que nuestro marco ontológico se fundamenta en la problematización de los postulados esencialistas y del determinismo biológico que justifica el pensamiento dualista de que lo masculino define al hombre y lo femenino a la mujer.

 

Esta investigación se basa en una experiencia artístico-educativa realizada en cuatro centros educativos de la isla de La Palma (Islas Canarias) y toma los datos de 109 estudiantes de Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Para el desarrollo del marco metodológico, se conjugan diversas estrategias basadas en las Metodologías Visuales de Gillian Rose para analizar las gramáticas visuales y discursivas desde los sistemas de “análisis de contenido y analítica cultural” y, así, dar cuenta de la potencialidad de la visualidad como medio fiable de recogida y análisis de resultados. Los retratos analizados se agrupan en tres categorías: retrato corporeizado –que parte desde la corporalidad hasta la corporeidad–, retrato discursivo –desde la interacción hasta la intra-acción–, y retrato emotivo –se aborda desde la introspección–. De esta manera y entendiendo el retrato como propuesta simbólica, se realiza un desplazamiento desde el “yo” corporeizado hasta el “yo” interior. Los resultados obtenidos indicaron que la (re)presentación identitaria del alumnado sigue fundamentándose en los arquetipos de género y los roles dicotómicos que designan una serie de patrones y estereotipos configurados a partir de lo “masculino” y lo “femenino”. Aun así, se pudo observar que el recorrido por los distintos retratos y sus narrativas invita a abrir otras maneras de contar nuevos relatos que podrían extender el espectro identitario y acoger la otredad. Por otra parte, este estudio hace patente la pertinencia de la búsqueda de la igualdad efectiva a través de la capacitación de una mirada crítica que deconstruya las narrativas visuales hegemónicas y posibilite el generar contradiscursos que exploren aquellas subjetividades aún no representadas.

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